domingo, 29 de abril de 2012

Primero de Mayo.

"Unión de los oprimidos contra los opresores".
(Comunero. 1781. Nueva Granada).

"El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan"

"Es mejor morir de pie que vivir arrodillados".

"El capitalismo es el genocida más respetado del mundo".


Día Internacional del Trabajo




Clandestino experimenta cierta perplejidad al registrar que Norteamérica, imperio económico y militar, 
nido de ratas del capitalismo salvaje, haya sido el lugar donde se produjo uno de los acontecimientos más significativos del mundo contemporáneo: el movimiento social popular que dio origen a la celebración del Primero de Mayo. 

Quizá haya tenido razón el viejo Marx, ese barbudo judío alemán que se pasó toda su vida luchando contra el establecimiento, y esperando una futura revolución proletaria mundial que instaurase una sociedad sin clases -que no alcanzó a ver-, que destruyese la explotación el hombre por el hombre característica de las formaciones económicas y sociales basadas en la propiedad privada de los medios de producción.

Expulsado de su propia patria, y de Francia y Bélgica, halló refugio -quién lo creyera- en la imperial Inglaterra, bastión de la revolución industrial, donde estuvo durante 40 años años encerrado en una biblioteca estudiando economía política para producir esa voluminosa obra que él llamó "El Capital", en la que hizo la radiografía del despiadado sistema que engorda cada día más la barriga de los explotadores empresarios capitalistas a costa de la explotación del sufrimiento y la miseria de los asalariados.

  

Filosofía del trabajo



"El trabajo es lo más divertido. podríamos pasar horas observándolo".
Anónimo.

El trabajo es el refugio de los que no tienen nada qué hacer"

"Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas es trabajar".

"Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado".

"Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas".

"No puedo parar e trabajar.Tendré toda la eternidad para descansar".

El rebusque, y el "camello".

Clandestino pareciera ser un clon de ese viejo poeta cantautor, hippie de la Nueva Ola, de los que fumaban yerba, no iban a la guerra y hacían el amor, como lo expresa "Una flor para mascar", de Pablus Gallinazus


Clandestino, que no es hijo de papi, ni siquiera pequeño burgués, sino un desplazado -indocumentado-, emigrante de un lejano planeta extra-galáctico, y que no posee medios de producción ni para montar un tenderete en el vecindario donde habita, se ve en la imperiosa necesidad de salir cada día a rebuscar su supervivencia en las calles de la metrópoli que le toca sufrir y padecer.

El rebusque nato es eso que los economistas de postín llaman "economía informal", sugestivo  y eufemístico nombre para el desempleo rampante que ahoga las sociedades sub-desarrolladas y emergentes del mundo postmoderno, el de la sociedad del conocimiento, el de las tecnologías de punta en la sociedad de la información y las comunicaciones.  

Desempleo implica miseria, y miseria son necesidades básicas insatisfechas; lo que se traduce en una calidad de vida no propia de humanos, en mundo con tantos recursos naturales, económicos y tecnológicos como exhiben y derrochan las sociedades opulentas del Primer Mundo

Qué verraco es "camellar", producir, sostenerse, ser "echao p'alante". Rebusque es hacer de todo, cualquier cosa, con tal de sobrevivir. En las élites ilustrados a eso lo llaman "emprendimiento". Séa Ud., un emprendedor, capacítese, estudie, prepárese, para ser un empresario, su propio empresario, para generar empleo, no para buscar y vivir de él. Sofisticación de los perfumados señoritos del sistema para embaucar  a los excluídos:
 
"Al trabajo lo llaman virtud los que no tienen que trabajar, para engañar a los que trabajan". 


Un mito antiguo narra la fantástica historia de un parcero que vivía a cuerpo de rey, todo a pedir de boca, incluida una hembrita que era todo un bombón, en un club mediterranée llamado "Jardín del Edén", que nada le podría envidiar a los actuales Emiratos Árabes. El Resort era una de las innumerables propiedades de un viejo man de barba blanca que parecía un ser virtual que viviera en la nube, on-line, mejor dicho, un "capo" de última generación.  

Su linda mujercita, pizpireta, coqueta, entrometida y curiosa, terminó por comerle cuento a un guardia de seguridad del Jefe, y la verdad que la pasaron  rico, como ciertos agentes en la pasada Cumbre de Cartagena, sin que el tonto de su marido -como con alguna frecuencia ocurre- se percatara de nada. Hasta que se les acabó la dicha. Entonces les tocó empezar a rebuscar "camello", como cualquier latino en USA, o un sudaca en la matrera "madre patria" (?). Hasta aquí, pura m..., labia, bla-bla-bla.

 

Clandestino recuerda haber leído, quizá en otra vida, en otro mundo, una obrita maravillosa que explica "el papel del trabajo en la transformación del mono en hombre", de un tal Federico Engels. Éste, y su amigo Karl Marx, escribieron en 1848 un librito que anunció una nueva era en el desarrollo humano: "El Manifiesto Comunista". La anacrónica y recalcitrante derecha, enemiga del progreso y la libertad, aún se asusta con el "fantasma" del comunismo, y persigue y elimina a quienes piensan distinto que ellos. Ese es su talante ético: carecen de moral. 

El trabajo no es una maldición, como nos han hecho creer algunos fanáticos religiosos. El trabajo es la realización de la esencia del hombre. El trabajo hizo al hombre, lo independizó de su condición animal y le ha permitido alcanzar niveles sociales, culturales y espirituales cada vez más elevados. El trabajo hace digna, útil, provechosa, plena y gratificante la vida humana. 

Los frutos del trabajo deben ser para todos los hombres, independientemente  de su origen étnico, racial, social, económico, cultural; pero la burguesía, los explotadores capitalistas, y sus parásitos lacayos, explotan al asalariado y se apropian del trabajo. Las grandes mayorías, productoras, se perpetúan en la miseria, mientras unos pocos monstruos miserables disfrutan los beneficios de la producción.    


El capitalismo salvaje, fase superior del imperialismo capitalista, en decadencia, en agonía, es y será cada vez más despiadado. No reconoce límites, geográficos, sociológicos, etnográficos, jurídicos y -por sobre todo- éticos. Es un sistema inhumano basado en el afán desmedido de lucro y de poderío económico y militar. Su crisis es inminente. Su derrumbe será colosal. 



Clandestino cree que ya es hora de poner fin a la oprobiosa  explotación y miseria. La Tierra, el agua, el aire, los recursos naturales, el medio ambiente, y la libertad, la esperanza y el progreso, nos pertenecen a todos los humanos y no a unos pocos privilegiados miserables. 

Es el tiempo de la lucha por la liberación de las condiciones inhumanas impuestas por ese podrido, asqueante y vergonzoso  régimen capitalista, y las élites corruptas que lo manejan para su propio beneficio, neo-liberales, neo-conservadores, neo-fascistas, monarquistas y aristócratas.      


 Parodiando a un viejo filósofo barbudo, Clandestino proclama: "Explotados de todos los países del mundo, uníos". Ya lo había dicho José Antonio Galán, ese campesino libertario en la Revolución Comunera de 1781 en la Nueva Granada: 

"Unión de los oprimidos contra los opresores".  

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