sábado, 21 de abril de 2012

Homenaje al Español


"El español es demasiado importante para dejarlo en manos de los españoles".
Guillermo Cabrera Infante.

"El español es la mejor creación literaria de los españoles"
Somerset Maugham.

23 de Abril: Día del Idioma.

Octavio Ocampo.Don Quijote. En: "Le Illusioni".

Desde mi más temprana edad, más por imitación que por invención personal, empecé a balbucir sonidos y articular palabras al oír a quienes me rodeaban hablar en español. Aprendí a querer a mis padres en español, a reñir con mis hermanos en español, a adorar a Dios en español, a leer y escribir en español, a recibir mis clases y realizar mis ejercicios escolares, a conquistar muchachas, a gozar mis alegrías y maldecir mis desventuras, a estimar a mis amigos y odiar mis enemigos, a aborrecer mis vicios y los vicios de otros iguales o peores que yo, todo en español.

En español hice mis tesis y otros escritos posteriores, y ahora todas mis demás relaciones sociales, económicas, políticas y culturales están signadas por esta lengua romance que, como el agua, o como el aire, es un elemento vital de mi existencia. Por eso amo al español, aunque no siempre lo haya valorado suficientemente.

Mi alma, mi cultura, mi identidad, son españolas, no castellanas, ni ibéricas, pues no soy blanco visigodo, ni europeo culto, ni cristiano puro, ni capitalista genuino; español por latinoamericano, es decir, mestizo indefinido, quizá alienado, ayer colonizado, hoy dependiente por subdesarrollado. ¿Podría haber sido de otra manera?

En español he aprendido a cantar al aire puro, a la mañana límpida, a la fuente cristalina, a los ríos impetuosos, a la mar insondable, al azul infinito y a las distantes estrellas en la noche estrellada. He admirado la levedad de una mariposa, la gracia de un cervatillo, la agilidad de un felino, la astucia de una serpiente, la placidez de un cisne, la magnificencia de un ave del paraíso, la mansedumbre de un borrico y la gratitud de un can. 

Me he extasiado ante el cuadro variopinto de las flores, el verde policromo de los valles y los sembradíos, el oscuro indefinible de las montañas lejanas, el frío glacial de sus nevados y el fuego aterrador de sus volcanes, y me he sobrecogido de temor en la selva impenetrable y en la tormenta desbocada. He padecido el calor sofocante del desierto, el dolor urticante del espino, el suplicio de un estío sin refresco y de un hambre de muchos días, año tras años, sin sosiego.

En español he conocido el esplendor de ciudades exóticas, de países misteriosos, de civilizaciones milenarias, la magnificencia de los imperios y el terror de las guerras de los dueños de la tierra y dueños de los hombres, los frutos, el amor, y hasta los dioses.

En español he sido víctima de la injusticia y la miseria. He sentido la violencia con rostro de puñal y de metralla carcomiendo las entrañas de humildes campesinos, de jóvenes sencillos y de mujeres buenas; he sido testigo de la siega de la vida, el atropello de los derechos, la perversión de las conciencias, y escuchado florituras demagógicas de los padres de la patria, y otros padres.

En español he disfrutado del amor de los míos, la ternura de mis hijos, la abnegación de mi mujer, y el calor de mis amigos. He gozado de los triunfos de mis ídolos, los que hacen versos, los que crean cuadros y componen melodías, los que inventan fantásticos medios que reducen el espacio y el tiempo, y los que permanecen ajenos al ruido en los laboratorios y las bibliotecas.

Mi mundo es español; blanco, como los destellos de Helios; húmedo, como la superficie de Gea; extenso, como la rex carteciana; gravitatorio, como el universo einsteniano. Y tambien rebelde, como el hombre de Camús; sangriento, como la lucha de clases de Marx; sencillo, como Francisco de Asís; pleno de piedad, como Teresa de Calcuta; y amoroso, como el Reino de Jesús de Nazareth.

Mi mundo es español. Anónimo, como el Cantar del Mío Cid; caballeresco, como el Quijote cervantino; macondiano, como Úrsula y Aureliano, con centenares -quizá miles- de años de soledad y sin una segunda oportunidad; como el Llano en Llamas, con las Venas Abiertas, o una Canción Desesperada.

A los maestro de español, mis maestros, los de mi escuela, y los de la literatura latinoamericana, mi homenaje de admiración. Ellos me enseñaron a tener un alma, un espíritu, una identidad, conciencia, vida.

Doménico Pepín.

                                                 España.


Suspiros de España. Dyango.

"No sólo no somos [los españoles] los dueños de la lengua: incluso, estadísticamente, somos una minoría. Lo he sabido al viajar a los países hispanos de América, al escuchar las musicalidades italianas del español del Río de la Plata, la claridad clásica del español de Colombia, pero lo percibo sobre todo al escuchar el español que se habla en Nueva York, donde existe una confederación de todas las entonaciones y acentos posibles, y donde se da uno cuenta, por contraste con la presencia del inglés y de la civilización sajona, de todas las cosas comunes que nos han legado el idioma y el tiempo, de la amplitud de los espacios imaginarios que nos abre nuestra lengua".
 
Antonio Muñoz Molina.

"...el español existe en todo su ámbito creadoramente. No hay en sus dominios zonas 'pasivas' o inerciales, con una lengua meramente recibida o residual. No hay tampoco lugares privilegiados en que 'se haga la lengua', frente a otros en que simplemente 'se use'".

Julián Marías.

"Por lo demás, ¿qué quiere decir pureza castellana? El castellano es un latín evolucionado que adoptó elementos ibéricos, visigóticos, árabes, griegos, franceses, italianos, ingleses y hasta indígenas de América. ¿Cómo se puede hablar de pureza castellana, o en qué momento podemos fijar el castellano y pretender que toda nueva aportación constituye una impureza nociva? La llamada pureza es en última instancia una especie de proteccionismo aduanero, de chauvinismo lingüístico, limitado, mezquino y empobrecedor, como todo chauvinismo".

Ángel Rosenblat

Rocío Jurado. Suspiros de España.


Romanza. ESPAÑA.

¡España!
La prehistórica
De los bizontes de Altamira,
y la "Dama del Elche".
La de las factorías fenicias y cartaginesas.
La Iberia de las colonias griegas.
La Hispania de las provincias romanas.

¡España!
Visigótica en Toledo.
La de las gestas castellanas,
del Cantar del Mío Cid y el romancero.
España Mozárabe y Mudéjar.
La de la Mezquita de Córdoba,
la Alhambra de Granada
y el Alcázar de Sevilla.
La de las catedrales de Burgos y León.
Caballeresca, picaresca y celestina.
España inquisidora y fanática.
La de la Reconquista.
Y la conquistadora.
La del genovés e Isabel.

¿España!
La del Siglo de Oro,
de Lope de Vega, Calderón de la Barca,
Luis de León y Juán de la Cruz.
La del mítico Macondo, el de La Mancha,
y su Caballero de la Triste Figura.
España imperial.
La de El Escorial,
cuyo monarca suspiraba
por divisar allende el Océano
el Castillo de Barajas.
La de Zurbarán, Velasquez y el Greco.
La avasalladora de indios
por la codicia de El Dorado.

¡España!
Culterana y neo clásica.
La del despotismo borbónico.
La de las Capitulaciones mentirosas,
de arzobispos-virreyes pérfidos.
España mancillada y ultrajada
por las botas de la soldadesca
del altivo Corzo.
La de los reyes de opereta.
La brutal y sanguinaria
de Pablo Morillo y Juán Sámano.
La atormentada de Francisco de Goya.
Y la romántica de Bécquer y Espronceda,
Zorilla y Campoamor,
Valera, Pereda y Alarcón.

¡España!
La de la Generación del 98,
de Unamuno, Azorín y Antonio Machado.
La que ha pretendido ser europea.
La de la Revista de Occidente,
de Menéndez y Ortega,
Miró, Maetzú, Zubiri y Madarriaga.
La de Marañon y Laín Entralgo.
España torturada y masacrada.
La de la Guerra Civil.
La de La Pasionaria, y Carmen Sevilla.

La de García Lorca y Benavente,
Pemán y Juán Ramón Jiménez,
Guillén, Aleixandre,
Alberti, Ceñuda y Goytisolo.

¡España!
La contemporánea.
La de Albéniz y Granados,
Andrés Segovia y Manuel de Falla.
y Monserrat Caballé.
La de Pablo Casals,
Pablo Picaso y Salvador Dalí.
La de Plácido Domingo,
Julio Iglesias y Rafael.
Y Pedro Almodóvar, Dyango y Camilo Sexto.
Y Rocío Jurado y Miguel Bossé.
Y Conchita Alonso y José Luis Perales,
Antonio Banderas y Penélope Cruz.
La de Iker Casillas, Iguaín y Piquet,
y Savi Alonso, Inhiesta y Puyol.
Y Fernando Alonso y Rafael Nadal.

Quinientos años después,
los naturales del "Nuevo Mundo"
hemos vuelto a descubrirte.

Doménico Pepín. 

Plácido Domingo. Suspiros de España. Álbum: "Pasión Española".

Miguel de Cervantes:

"Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas
a muchas amargas dificultades".

"Amor y deseo son dos cosas diferentes; 
que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama".

"Qué locura, o qué delirio, me lleva a contar 
las faltas ajenas teniendo tanto qué contar de las mías?".

"Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón".

"Venturoso aquél a quien el cielo le dió un pedazo de pan, 
sin que le quede la obligación de  agradecérselo
a otro más que al mismo cielo.

Jorge Luis Borges:

"Uno no es lo que es por lo que escribe
sino por lo que ha leído".

"Si de algo soy rico es de perplejidades y no de certezas".

"Siempre imagine que el paraíso  sería algún tipo de biblioteca"

"El infierno y el paraíso me parecen  desproporcionados.
Los actos de los hombres no merecen tanto".

"Hay que tener cuidado de elegir a los enemigos,
porque uno termina pareciéndose a ellos".

  

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