domingo, 26 de febrero de 2012

La estupidez.



Occidente padece el síndrome de la mala fe.

"Las tiranías fomentan la estupidez".
Jorge Luis Borges.

La estupidez no es un concepto abstracto, amorfo, vacío, neutral. La torpeza, la necedad, la falta de inteligencia, la incapacidad de comprender las cosas, es una condición humana específica, bastante común, por supuesto penosa y lamentable.


Comúnmente se asocia el término "estupidez" con una condición psíquica, de retraso en el desarrollo mental. Es válida esta interpretación, pero es la aplicación clínica a determinados individuos de una caracterización médico psiquiátrica.

Una acepción más general del término estupidez, nos daría un concepto sociológico como caracterización del temperamento y sobre todo el carácter y la idiosincrasia de un grupo humano, un pueblo, una nación, una civilización. Es esta la concepción que acogemos en este post para hacer algo parecido a una interpretación sociológica de la historia de Occidente.


Los grupos humanos no son montoneras irracionales, masas amorfas, organismos deformes, colectivos sin dirección. Los grupos humanos, desde los más primitivos de los tiempos prehistóricos hasta los más sofisticados y elitistas de los tiempos contemporáneos, se caracterizan por poseer una estructura, unas relaciones internas, unas jerarquía, unos mandos, una administración,  un liderazgo. Las más de las veces, los grupos son lo que son sus dirigentes. "El Estado soy yo", se atrevió a decir alguien muy inflado en su ego. Pero le sobraba razón. 

Clandestino se atreve a creer que Occidente es estúpido. Occidente no aprende de la Historia. 

Occidente insiste en repetir sus errores, porque es un enfermo que padece una enfermedad incurable: La MALA FE. Occidente es un pirata, ladrón, invasor, guerrerista, militarista, depredador, explotador, colonialista e imperialista. Y además hipócrita, cínico, y tartufo: posa a diario, en asambleas internacionales, parlamentos, plazas, iglesias, estadios, medios, gremios, academias, y otras instancias políticas y culturales, de muy honorable, pero es un mitómano: miente descaradamente. Y no lo disimula, por el contrario, hace alardes. Y por sobre todo, es cobarde. envidioso,mezquino y miserable. 

Desde la Antigüedad hasta hoy, desde que el sur de Europa fue invadido por hordas de "arios", pero sobre todo, desde la época de las  guerras de los griegos contra sus vecinos del próximo y medio oriente, y las conquistas de las falanges macedónicas de Alejandro, y las de las legiones de los esbirros del imperio  romano, la suerte del mundo, ha sido amarga, negra.

 Desde entonces hasta hoy, miles de guerras de "descubrimiento", de conquista, de sometimiento de pueblos de menor desarrollo, de saqueo de recursos naturales, de dominio de poblaciones y de exterminio de culturas ancestrales, ha sido la constante en Occidente. Y pasamos por cruzadas, inquisiciones, pacificaciones,  segregaciones, esclavitudes, apartheids, guerras mundiales, guerras frías, y guerras de galaxias, hasta las últimas ediciones: las guerras ideológicas, y las guerras on-line.

De estas últimas dan cuenta tanto las operaciones "tormentas" contra Iraq, Afganistan y Libia (y próximamente Irán -lo permitiremos?-), como las censuras en y por internet a través de las leyes SOPA en USA,  y similares en otros países  arribistas y vasallos.

   
Occidente no crea, ni produce; pero ha montado formidables sistemas económicos y formaciones sociales que sabe utilizar y aprovechar: primero la brutalidad del esclavismo; después el engaño de la rancia, caballeresca y "piadosa" feudalidad; hoy, el salvajismo de la burguesía capitalista; mañana, pretenderá perpetuarse a como dé lugar. Occidente ha vivido siempre del saqueo, la rapiña, la depredación y la explotación. Occidente es un vulgar pirata, un mercader sin escrúpulos, un dominador con una ética perversa: la violencia, la guerra, la dominación. Es experto en llenar de plagas y miserias al resto del mundo. Occidente es una vergüenza, y peor que eso, una inmundicia.

Los piratas de Washington, Londres, Paris, Berlín, y los banqueros  ladrones que los sostienen y cuyas órdenes ejecutan rigurosamente, según  designios ocultos, y sus secuaces en Madrid, Roma, Seúl, Camberra, Otawa, o México, que viven de rodillas ante el amo imperial, siempre encuentran un motivo para declarar la guerra. En los salones aristocráticos de los parlamentos, los clubes, la banca, las transnacionales y algunas iglesias "cristianas", como en carnaval, ellos se disfrazan, cambian su piel de lobo, ocultan sus colmillos y sus garras, se ponen caretas de respetables señores, de  hombres piadosos, de seres civilizados, demócratas, humanitarios. Y manipulan a su antojo, manosean descaradamente, los organismos multilaterales -que les pertenecen- para que legitimen sus mezquinos y torvos  propósitos.  Occidente es miserable; sólo piensan en su propia barriga, en la satisfacción inmediata, como el rico Epulón. 


Mientras tanto, el planeta se deteriora inexorable, y la humanidad se ve abocada a un final apocalíptico.    Occidente huele mal; está pútrido, es un cadáver. Hay que enterrarlo. Hay que ponerle fin a este aquelarre satánico. La Tierra, y la humanidad, merecen otro destino diferente, más humano, más gratificante, más digno. 

Clandestino espera no haber perdido la razón, y confía en la sagacidad, la cordura, la serenidad, la firmeza, y el valor civil de millones de ciudadanos del mundo que no participan de ese tórrido festín de los amos de Occidente.

"Nada en el mundo es más peligroso
que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda"

Martín Luther King.

"La diferencia entre la genialidad y la estupides
es que la genialidad tiene límites"

(Anónimo)

"La vida es muy peligrosa.
No tanto por las personas  que hacen el mal,
sino por las que se sientan a ver lo que pasan"

Albert Einstein.
    

¿Tú qué piensas? Decídete. Sal, únete, y luchemos juntos.  














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