sábado, 25 de agosto de 2012

La Política: Apariencia y Realidad.


"El que no se atreve a ser inteligente se hace político".
Javier Poncela.

"Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible.
 Los políticos, en cambio, hacen imposible lo posible"
Bertrand Russell.

"El nacionalismo es una enfermedad infantil.
Es el sarampión de la humanidad".
Albert Einstein.
 

El poder: una parodia de 

la democracia, la libertad y la paz.


"La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrupta
por la elección hecha a merced de una mayoría incompetente".
George Bernad Shaw.

"Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas,
de pronto cambiaron todas las preguntas".
Mario Benedetti.
 
 
Clandestino, que en ocasiones adopta el aire inquisitivo y fantansioso de los periodistas de CNN, se interroga a sí mismo: ¿Qué es la política?, o mejor, ¿Quiénes son los políticos? ¿Qué es el gobierno? o, ¿Qué hace el gobierno? ¿Quién está detrás del poder? ¡Para qué sirve la guerra? Y miles de otras incógnitas metafísicas insospechables.
 
México parece ser la más reciente parodia de la realidad del poder, el poder político, y el poder económico que está detrás de él, que no el poder moral que resulta bastante escaso por esos entornos de las chequeras, las cajas fuertes, las cámaras de televisión, los mass media, y las tecnologías de punta de las guerras de las galaxias y otras contiendas menos espectaculares pero más sangrientas.
 
La concupiscencia del poder, el poder de la fuerza, -fuerza bruta-, la fuerza de las armas, las armas de la guerra, las guerras del horror, la muerte y la miseria. Triste destino de los humanos terrícolas al inicio del Siglo XXI, en los albores de una nueva civilización. 
     

Clandestino no deja de sorprenderse contínuamente. No sólo del espacio exterior proceden seres excepcionales, como el que en el vídeo interroga, desde el anonimato, a un terrícola ingenuo, sino que entre los propios humanos surgen cada cierto tiempo individuos avezados y valientes que no temen tomar el toro por los cuernos  para recordarnos que  los ciudadanos de un Estado somos parte de la humanidad y no meros accesorios de un régimen, un establecimiento, o  un sistema. 
 
Es el caso de ese muchacho inglés de familia humilde que llegó a ser uno de los más grandes comediantes de todos los tiempos. En 1940 Charles Chaplin dirigió y protagonizó su película El Gran Dictador, en la que desafió la brutalidad del establecimiento con una aguda crítica a los sistemas políticos imperantes en ese momento histórico: el nazismo, y el fascismo.


 Considerado como uno de los mejores discursos sobre libertad y democracia, el discurso del  Gran Dictador con el que termina la película de marras es un mensaje de esperanza en el que se impone la lógica, la razón, la inteligencia por sobre la avaricia, la ignorancia y la codicia. Desafortunadamente aun hoy estas últimas ganan espacio. Falta que nos hace aprender de dignidad, respeto, inclusión, pluralismo y tolerancia.  

El hombre contemporáneo vive en una paranoia tal que se prepara para guerras imaginarias con armas de verdad. Se ha olvidado de su condicion de ser mortal y efimero y ha contagiado su manía a las generaciones venideras; ha trastocado el patriotismo en fanatismo, la religion en culto ciego y la moral y la virtud en circunstancias incómodas y superfluas.
 

“Lo siento. Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros, judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. 
 
El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas.  Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco.

Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros.

Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oirme, les digo: no deseperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano. El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá.

Soldados: No os entreguéis a esos que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina. Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos.

Soldados: No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. El el capítulo 17 de San Lucas se lee: "El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres..." Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravilosa aventura.

En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. 
 
Bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. 
 
Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón. Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad.

Soldados. En nombre de la democracia, debemos unirnos todos”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario